La democracia, afirma Spinoza, es la mejor forma de gobierno - Parte 2

Conviene tener a la vista el texto completo que someteré a análisis: Por derecho e institución de la naturaleza no entiendo otra cosa que las reglas de la naturaleza de cada individuo, según las cuales concebimos que cada uno está naturalmente determinado a existir y a obrar de cierto modo. Los peces, por ejemplo, están por naturaleza determinados a nadar, y los grandes, a comer a los pequeños; en virtud de un derecho natural supremo, los peces gozan, pues, del agua, y los grandes comen a los más pequeños.

Pues es cierto que la naturaleza, absolutamente considerada, tiene el derecho supremo a todo lo que puede, es decir, el derecho de la naturaleza se extiende hasta donde llega su poder. En efecto, el poder de la naturaleza es el mismo poder de Dios, que tiene el derecho supremo a todo. Pero como el poder universal de toda la naturaleza no es nada más que el poder de todos los individuos en conjunto, se sigue que cada individuo tiene el supremo derecho a todo lo que puede o que el derecho de cada uno se extiende hasta donde alcanza su poder determinado. Y como ley suprema de la naturaleza es que cada cosa se esfuerce, cuanto pueda, en preservar en su estado por sí sola, sin relación alguna a otra, se sigue que cada individuo tiene el derecho supremo a esto (como acabo de decir), a existir y actuar tal como está determinado por naturaleza.